Si bien el ozono estratosférico (el ozono “bueno”) bloquea los rayos ultravioleta (UV) del sol e impide que lleguen a la superficie de la tierra, el ozono troposférico (a nivel del suelo) (O3) (el ozono “malo”) es un contaminante atmosférico perjudicial para la salud humana, la vegetación y los ecosistemas (http://www.eea.europa.eu/themes/air/ozone).
El ozono estratosférico se produce de forma natural en la alta atmósfera, a una altitud entre 20 y 30 km, donde forma una capa protectora que nos protege de los rayos ultravioleta del sol. Este ozono beneficioso ha sido destruido parcialmente por las sustancias químicas sintéticas, lo que ha dado lugar a lo que se suele conocer como un “agujero en la capa de ozono.”
El ozono troposférico es un contaminante secundario, lo que significa que no se emite directamente a la atmósfera, sino que se forma a partir de reacciones químicas complejas de los óxidos de nitrógeno (NOX) y los compuestos orgánicos volátiles (COV), el monóxido de carbono (CO) o el metano (CH4), en presencia de la luz solar. Estos gases se denominan precursores del ozono (http://www.ccacoalition.org/en/slcps/tropospheric-ozone).
Los NOX tienen su origen principalmente en los procesos de combustión (por ejemplo, en los vehículos que utilizan combustibles fósiles y en las centrales eléctricas). Las fuentes de carbono son de origen natural (biogénico) y antropogénico. Por ello, los precursores del ozono se originan sobre todo en las zonas urbanas. El ozono troposférico es uno de los principales componentes de la contaminación fotoquímica, pero las concentraciones de O3 son, por regla general, más elevadas en las zonas rurales que en las urbanas y en las zonas con densidad de tráfico (Informe núm. 5/2015 de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) http://www.eea.europa.eu/publications/air-quality-in-europe-2015#tab-data-references). Ello se debe a que el ozono se forma a partir de sus precursores gaseosos durante el transporte, de manera que las masas de aire contaminado que se generan en las zonas urbanas son transportadas hacia las zonas suburbanas y rurales.
En este sentido, a veces nos referimos al ozono como un “contaminante olvidado“, dado que se forma en las zonas rurales mediante las reacciones químicas de los gases precursores emitidos principalmente en los entornos urbanos. Por tanto, los contaminadores (la población urbana) no suelen sufrir en la misma medida los efectos de la degradación de la calidad del aire que generan sus emisiones y, por otra parte, las poblaciones rurales tienen solo una influencia limitada en las emisiones que degradan el aire que respiran.